El miércoles habíamos estado rodando en el circuito de Spa-Francorchamps, y llegábamos a Nürburg el jueves por la noche, por lo que cenamos y nos dimos un paseo para ver los aparatos que había por allí aparcados antes de irnos al hotel a descansar.
El viernes por la mañana la pista estaba cerrada, pero a veces cuando esto ocurre es debido a que hay algún fabricante probando nuevos modelos, así que por asomarnos no perdíamos nada. Al pasar por Adenau decidimos parar a echar un vistazo a ver qué se cocía, pero por allí no se veía movimiento. Hasta que a los 10 minutos de asomarnos, cuando estábamos casi a punto de irnos, comenzamos a escuchar el inconfundible sonido del motor de un Porsche GT3 a tope de vueltas acercándose al punto donde estábamos nosotros. No me dio tiempo más que a quitar corriendo la tapa del teleobjetivo y apuntar a la salida de la bajada de Adenau cuando de repente apareció ante nosotros la silueta del nuevo Porsche 992 GT3 RS que está preparando Manthey Racing… ¡WOW, la estampa era tremenda! Y no os quiero contar la velocidad a la que pasó por allí. Fue visto y no visto.
Eran ya casi las 13:00 y teníamos que estar en RSR a las 14:30 para recoger los coches con los que íbamos a entrar en pista, así que después de este inesperado regalo que nos hacía el destino nos fuimos a Nürburg para comer en la pizzería Mamma Mia, donde aprovechamos para juntarnos con otros participantes que ya estaban por la zona. Por el camino nos empezamos a cruzar con otros tracktools armados hasta los dientes con los que íbamos a compartir pista y la cosa se ponía emocionante.
Durante la comida aprovechamos para empezar a conocernos entre nosotros, y algo que ocurre en todos los viajes que hemos organizado, sin excepción, es que tenemos tantas cosas en común que la conexión es instantánea. Las conversaciones y las risas fluyen como si nos conociésemos de toda la vida y esa es para mí la mejor parte del todo el fin de semana, incluso por encima de pilotar en el circuito.
Se acercaba la hora de la verdad, así que después de comer nos fuimos a RSR para hacer el checkin, ponernos cómodos y recibir el briefing de seguridad de la mano del gran Serxio. Este briefing es la parte más importante antes de entrar a rodar en Nürburgring, pues es donde los participantes no solo aprenden las normas del circuito sino también cómo actuar ante diferentes situaciones que se nos pueden presentar en pista.
Finalizado el briefing se acerca el momento más deseado. El circuito abría a las 17:00 y apenas faltaban 15 minutos, por lo que mi hermano Luis y yo hacemos un llamamiento para que salgan los voluntarios que quieran entrar a dar su primera vuelta de pilotaje en pista. Como siempre, solo se escuchan risas pero nadie da un paso al frente, hasta que sale el primer valiente. Y a partir de ese instante se produce una reacción en cadena y en un periquete nos repartimos los volantes. Este momento es muy divertido. Lo bueno es que en los coches, los participantes que no vayan a conducir durante esa vuelta pueden ir acompañantes, algo que siempre recomendamos, pues al final son vueltas adicionales al circuito que vas acumulando y que te ayudan a aprendértelo mucho mejor.
En esta edición íbamos a coger 3 coches diferentes, cada uno con su punto picante: 2 unidades del Fiesta ST de 200 CV, 2 del Golf R de 333 CV y otras 2 del Golf Revo de 400 CV. En el caso del Fiesta sorprende la agilidad y lo fácil que es llevarlo rápido, y a pesar de que tiene un eje trasero algo juguetón es muy fácil corregirlo, lo que lo hace tremendamente divertido. El Golf 8 R tiene mucho empuje, que sumado a la puesta a punto del chasis y la tracción a las 4 ruedas lo convierten en un coche súper rápido y efectivo. Y por último el Golf Revo. Un coche atómico, con sus 400 CV y una preparación exclusiva para circuito con el que un conductor experimentado que conozca bien el circuito puede rodar sin problema al ritmo de los BMW M preparados. Este coche son palabras mayores.
Una vez subidos en los coches, nos dirigimos todos hacia las barreras de acceso al circuito. Este año se han introducido algunas novedades con el fin de agilizar el tráfico a la entrada y salida del circuito, y una de ellas es que ahora solo te permiten acceder al parking de la entrada si vas a entrar directamente en pista, lo que evita que se forme un tapón en la rotonda por los coches cuyos conductores simplemente quieren ir a mirar. Para estos casos hay disponible un parking de tierra bastante grande justo enfrente en el que se puede aparcar sin problema.
Otra novedad que se ha comenzado a incluir este año y que irán completando en los años sucesivos, es la incorporación de grandes displays luminosos distribuidos en diferentes secciones del circuito, los cuales son perfectamente visibles desde el coche a gran distancia, como sistema de apoyo a las tradicionales banderas, permitiendo así informar a los conductores de posibles incidencias en pista con mayores garantías y suficiente antelación.
Y por fin el reloj marca las 17:00, momento en el que los comisarios nos dan paso para dirigirnos hacia las barreras. ¡Bajamos ventanillas, posicionamos las tarjetas frente al lector y comienza la fiesta! Esa risa nerviosa que se pinta en la cara de los participantes cuando abren la barrera por primera vez no tiene precio, pero es mejor aún la sonrisa que se les queda nada más cruzar el puente de Audi al finalizar la vuelta .
Bajar a más de 220 km/h por las enlazadas de Adenauer Forst, inclinar el coche más de 30 grados en el Carrusel, atravesar la chicane de Wippermann, girar a ciegas en la cresta de Eschbach, pasar por Brunnchen a rebosar de público, volar en el rasante de Pflanzgarten… Una vez llegas al final de la vuelta con el corazón a tope de pulsaciones y liberas toda la tensión, te entra el subidón de adrenalina y solo piensas en dar la siguiente vuelta.
A las 19:15 el circuito cerraba las barreras, por lo que nos fuimos todos a cenar a Pistenklause, restaurante de culto en Nürburg y de visita obligatoria, cuyas paredes están plagadas de fotos firmadas por los pilotos más laureados de la historia, quienes por supuesto se reunían allí para celebrar a lo grande sus victorias. Durante la cena, ya totalmente relajados, nos vamos conociendo un poco más mientras disfrutamos de un ambiente distendido en el que entre risas nos contamos las anécdotas vividas esa misma tarde en la pista.
El sábado amanecía con algunas nubes que nos dejaban algo de lluvia a primera hora de la mañana, lo cual es una ventaja ya que “espanta” a muchos conductores que en cuyos coches llevan montados neumáticos semi slicks, por lo que teníamos el circuito prácticamente para nosotros solos, sin apenas tráfico. Además la lluvia era tan ligera que en menos de 1 hora el asfalto ya estaba seco, por lo que se podía rodar bastante rápido. El tiempo se mantuvo así durante todo el día, y esto nos permitió entrar y salir de pista para hacer los cambios de conductor de manera ágil y fluida.
Durante la mañana del sábado, mi hermano y yo aprovechábamos para subirnos a los coches con los participantes y hacer las vueltas de instrucción, durante las cuales damos unas indicaciones sencillas y precisas que permiten a los conductores rodar mucho más rápido y seguros. Hay bastantes zonas del trazado en las que si te colocas en el sitio adecuado se puede ir con el gas a fondo sin problema, y en muchas ocasiones, hasta que alguien que conoce bien el circuito no te lo dice, ni te planteas que eso pueda ser así. Al finalizar la vuelta todos coinciden al decir que no hay comparación entre ir solo en el coche y llevar a un instructor a la derecha que te ayude a sacarle el 200% al coche y al circuito, que así se disfruta mucho más de la vuelta.
Y ésta es para mí sin duda la gran ventaja de apuntarse a nuestras experiencias, puesto que mi hermano y yo estamos a disposición de los participantes para dar con ellos las vueltas que sean necesarias. De hecho muchos de ellos no disponen de experiencia previa en circuito, y gracias a la instrucción pueden rodar rápido, confiados y disfrutar al máximo del trazado incluso al volante del rapidísimo y exigente Golf Revo de 400 CV. Esa es la magia de la Imarti Nürburgring Experience.
En los huecos libres en los que había participantes que no estaban rodando en pista, mi hermano Luis y yo aprovechábamos para dar las vueltas de copilotaje en los Golf Revo. Estos coches son un auténtico cañón. En cuanto te metes en pista y abres gas sin piedad, te quedas literalmente pegado al asiento, y cuando llegas a fondo a una curva cerrada y tu pasajero piensa que va ser imposible frenar a tiempo, hundes el pie en el pedal y aquello se clava sin rechistar, permitiéndote colocar el coche en el punto que tú quieres para tirarte al vértice y abrir gas sin piedad mientras la tracción 4 te ayuda a salir de la curva como un sputnik. Por mucho que intente describir las sensaciones que transmite este coche, hasta que no lo pruebas no eres realmente consciente de sus increíbles prestaciones. De verdad, hay que probarlo.
En esta ocasión, había tan poco tráfico a la entrada y la salida de pista que nos dio tiempo a todos a completar todas las vueltas justo antes de que cerrase el circuito, así que con los deberes bien hechos, nos fuimos todos a cenar a la pizzería Pinocchio de Adenau, famosa por sus riquísimas pizzas gigantes. En este momento del fin de semana nos ha dado tiempo a conocernos un poco más y durante la cena salen conversaciones y anécdotas súper divertidas.
El domingo hacía muy bueno y apenas había tráfico en pista, así que algunos aprovechamos para dar unas vueltas extra. Y es que las ganas de juerga eran tales que nos animamos a dar una vuelta 5 personas en uno de los Golf R, no con ánimo de ir especialmente rápido sino de compartir una vuelta al circuito para echarnos unas risas. ¡Fue sin duda la vuelta más divertida que he dado nunca en el Ring! Las risas fueron tales que hubo momentos en los que literalmente me era imposible dar instrucciones a Rober, quien iba al volante. Suerte que tiene una habilidad especial para rodar rápido en circuito, pues fue quien ganó la selección de pilotos que organizamos en 2019 y a raíz de ahí surgió una muy buena amistad, pero no solo con él, sino también con Juanma y Javi, quienes igualmente habían participado en otros cursos organizados por nosotros y que venían también en el coche junto con mi hermano y conmigo durante aquella vuelta.
Esta amistad y el buen rollo que se genera es lo mejor de estos viajes, y como una foto vale más que mil palabras, os dejo una captura de la cámara on board que grabamos durante la vuelta.
Prácticamente la mitad de los participantes que se apuntaron a esta edición eran repetidores, quienes ya se han convertido en buenos amigos, y esto crea una confianza y una complicidad que hacen que la experiencia sea incluso más divertida.
En este año 2024 se cumplía el 25 aniversario de RSR, nuestro partner de confianza, que cuenta con un equipo humano de 10 al que ya consideramos nuestra familia alemana, que cuidan al mínimo cada detalle y que siempre nos hacen sentir como en casa. Como homenaje, habían preparado una rotulación especial 25 aniversario para uno de los Cayman GT4 RS que tienen en la flota, y contemplando la decoración del coche empecé a ser consciente de que de esos 25 años, los últimos 8 hemos estado yendo a Nürburg entre 2 y 3 veces al año, ayudando a muchos aficionados a disfrutar de la experiencia de pilotar en el circuito más legendario del mundo, lo que me hizo sentir que ya somos una pequeña parte de su historia. Pensar aquello me puso los pelos de punta.
Se acercaba el momento de irnos al aeropuerto para coger el vuelo de regreso a España, pero contábamos con un margen de 30 minutos, así que no nos lo pensamos y nos acercamos de espectadores a la curva de Brunnchen para poner el broche de oro al fin de semana, momento que además aproveché para sacar la cámara con el teleobjetivo y gozarlo a tope con los aparatazos que había rodando en pista.
Como hacía buen tiempo había muchísimo ambiente en la zona, de gente que se trae su silla plegable y se sienta a disfrutar del espectáculo mientras se toma un refresco con los amigos. No se me ocurre mejor plan para un domingo.
Ya de regreso en Madrid, desde donde escribo este reportaje, han pasado solo unos días y ya estoy deseando volver. Qué gaitas tendrá este lugar que me tiene tan enganchado...
¡Si te gustaría formar parte del próximo Imarti Nürburgring Experience, no te lo pienses más y ponte en contacto con nosotros a través de info@imartimotorsport.com o mediante llamada o Whatsapp en el 692 068 069!