Nos subimos al M2 Competition track spec y al furioso Civic Type R para poner a prueba las recientes modificaciones del trazado belga que le permitirán volver a celebrar el Campeonato del Mundo de Motociclismo tras más de 30 años.
Llegábamos el domingo por la tarde a Spa justo después de celebrar la Imarti Nürburgring Experience, donde habíamos tenido 3 días de sol espectaculares.
Sin embargo, la previsión meteorológica para el lunes en el circuito de Spa-Francorchamps, que está a tan solo 100km de Nürburgring, era de tormenta eléctrica a mitad de jornada. Rodar en un circuito tan rápido como éste bajo la lluvia era algo que preocupaba a algunos de los participantes, quienes bromeaban con su mala suerte durante la divertida cena que improvisamos el domingo en una de las brasseries de la plaza del monumento de Spa, pero yo trataba de convencerles de que la pista mojada sería una buena oportunidad para disfrutar aún más del pilotaje, pues personalmente me gusta mucho la conducción en agua, más aún si estoy a los mandos de un tracción trasera.
El lunes a las 7:15 cité a todos los participantes a la entrada del circuito, desde donde partimos todos juntos en coche hacia el box de RSR en el que a las 7:30 daba comienzo el check in. Como puedes imaginar, a esas horas íbamos todos sin desayunar y aún con legañas, pero en este caso se trataba de un trackday pata negra organizado por nuestro partner RSR, por lo que mientras firmábamos la documentación nos pudimos tomar un buen café con variedad de dulces que nos prepararon en la zona chill out repleta de sofás, súper chula, que teníamos habilitada en el box, donde nos podíamos sentar a descansar entre tanda y tanda.
Tras hacer el check in nos dirigimos a la sala de prensa en la que se impartiría el briefing de seguridad, al cual es obligatorio asistir para poder entrar a rodar en pista. Tanto es así que al salir de la sala te entregan una pulsera que acredita tu asistencia, y todo aquél que no la lleve puesta no tendrá permitido salir a pista con su coche. Esta medida garantiza que todos conocemos las normas del circuito, incrementando así la seguridad durante todo el evento, aunque el resto ya depende de la cordura y el sentido común que apliquemos cada participante.
Finalizado el briefing llegaba uno de los momentos más chulos del evento. Nos subíamos todos a los coches de calle en los que habíamos acudido al circuito y nos poníamos en fila en el pit lane para dar una vuelta muy lenta al circuito, capitaneada por Ron Simons al volante del Ferrari 488 Pista, y haciendo una parada en las curvas más complicadas del circuito, en las que Ron nos explicaba ciertos detalles técnicos sobre su trazada ideal. Como siempre, bromeaba con que Eau Rouge se puede tomar con el pie a fondo, lo que es prácticamente imposible salvo que estés pilotando un F1.
Además pudimos ver de cerca las modificaciones que se están realizando en el circuito para acoger de nuevo el campeonato del mundo de motociclismo, lo que incluye nuevas puzolanas y la ampliación de la escapatoria de Eau Rouge, donde ahora te puedes permitir el lujo de cometer un error sin terminar golpeando el muro del lado izquierdo, pudiendo volver a pista sin mayores consecuencias.
Y ahora sí, finalizado el trackwalk se encendía la luz verde en el semáforo del circuito, por lo que los primeros participantes se ponían al volante del Honda Civic Type R y del BMW M2 Competition track spec, que con meses de antelación habíamos alquilado, para realizar un primer stint de 5 vueltas. En ese momento el cielo se empezaba a cubrir de nubes grises que se iban poniendo cada vez más oscuras, por lo que los mecánicos se preparaban en el box por si era necesario cambiar los semislick del M2 y poner unos Pilot Sport de calle que lo hicieran más dócil con la pista mojada.
Pero las nubes no terminaban de romper y aprovechábamos para rodar en seco todo lo posible, con el ingrediente añadido de que el número de coches con los que compartíamos pista era muy reducido y se rodaba con bastante comodidad. Eso sí, como en otras ocasiones en las que hemos estado en Spa, el nivel de aparatos en pista era tremendo, y a ojo puedo decir sin temor a equivocarme que más del 50% de los coches que había en el circuito eran Porsche GT3 RS, a los que incluso con el M2 Competition era imposible seguir más de media vuelta al circuito.
A las 12:00 la pista cerraba una hora hasta las 13:00 para la comida (que para los españoles bien podía ser incluso la hora del desayuno si estamos de vacaciones en la playa), así que nos bajamos de los coches y nos subimos a la brasserie del circuito, donde teníamos el servicio de comida incluido con la plaza del trackday. Tras la comida nos bajamos a los sofás de la zona chill out para tomarnos un café relajados y a las 13:00 nos poníamos de nuevo el casco para darlo todo en pista.
El M2 Competition que pilotábamos en esta ocasión era una edición especial preparada por RSR, equipado con suspensiones KW Clubsport 3 vías, arco trasero, escape Akrapovic, pastillas de freno Winmax y semislicks Pilot Sport Cup 2. Su comportamiento en pista era noble y francamente bueno, hasta que el desgaste de las gomas delanteras empezó a ser acusado, momento justo en el que yo me puse a los mandos para dar comienzo a mi fiesta particular, como cuando pides al DJ tu tema favorito y te vienes muy arriba.
Salgo del pitlane y le doy gas a fondo hasta llegar a Eau Rouge. Levanto gas y freno pronto para tantear, y ya noto que al M2 le cuesta entrar del eje delantero. Aun así lo tiro al vértice con la confianza de contar con la nueva escapatoria ensanchada del interior de Raidillon, de donde salgo abriendo gas sin miramientos hasta llegar a las enlazadas de Les Combres. Al final de la larguísima recta de Kemmel y con la aguja a más de 240 km/h, piso el freno a fondo para darme cuenta, ya un poco tarde, de que las gomas delanteras no tienen suficiente grip para entrar al vértice por "el sitio" a esa velocidad, por lo que en milésimas de segundo paso al plan B, en el que no tengo otra alternativa que abrir gas de golpe para forzar un sobreviraje por exceso de aceleración y compensar así el subviraje inicial, saliendo del segundo vértice a izquierdas completamente de lado como si estuviera huyendo de la policía en el Need For Speed.
A partir de ese momento, y sabiendo que yo era el último en coger el coche, asumí que no tenía las gomas como para buscar unos cronos decentes, así que cambié el chip y me dediqué a buscarle los límites al M2, abriendo gas muy pronto y con cierta "agresividad" para ayudarlo a entrar del eje delantero y deslizar el eje trasero sobre los pianos exteriores, llegando al final de mi stint con una sonrisa de oreja a oreja. La pena es que justo de esos minutos no hay fotos...!
Finalmente la suerte nos acompañó y chispeó solo durante 20 minutos, momento en el que el Honda Civic comenzó a destacar. Esta obra de ingeniería japonesa incluso con el firme mojado tiene una capacidad de tracción impresionante y si eres fino al volante y consigues sacar todo el potencial a sus 320 CV, puedes llegar a rodar a un ritmo muy alto e incluso pedir paso a otros coches con tracción trasera de mayor potencia.
La ventaja de los coches con tracción delantera en agua es que son mucho más predecibles, pues si te pasas con el gas y empiezan a subvirar, basta con levantar el pedal del acelerador y deshacer levemente el giro para recuperar el eje delantero. Pero en los coches con tracción trasera si te pasas con el gas la cosa cambia, porque el eje trasero intentará adelantar al delantero y si no te preparas para contravolantear de forma instantánea, terminarás haciendo un trompo o incluso saliéndote de pista si no lo neutralizas a tiempo. En cualquier caso, el circuito de Spa-Francorchamps tiene unas escapatorias bastante generosas, por lo que tienes que pilotar muy fuera de tus casillas para terminar golpeando el muro.
Uno de los coches que más me llamó la atención fue un Porsche Carrera Gemballa Mirage GT, cuyo propietario, con el que hemos coincidido allí en otras ocasiones, tiene una forma de vestir bastante peculiar. Si ya es difícil ver uno circulando por la calle, lo es aún más verlo rodar en un circuito, pues de este exclusivo modelo de 678 CV solo se han fabricado 25 unidades para todo el mundo.
A las 18:00 finalizaba el trackday y que mejor forma de hacerlo que brindando con champagne en la zona chill out, donde pudimos comentar las mejores jugadas del día y celebrar que no se produjo ni el más mínimo incidente en pista.
Y para poner el broche de oro a la jornada, nos fuimos a cenar a Le Franc'off, que es ya nuestro lugar de culto en la plaza del monumento de Spa, donde pudimos disfrutar de nuestro plato favorito, las Boulettes à la Liégeoise, que son albóndigas muy generosas hechas con carne de cerdo y ternera, y bañadas en una salsa agridulce y melosa con un sabor espectacular. Conscientes de que al día siguiente no tocaba madrugar, al salir del restaurante improvisamos una divertida "tertulia" en la que nos echamos muy buenas risas.
El martes, mi hermano Luis y yo teníamos el vuelo de vuelta a Madrid a las 19:30, así que aprovechamos para relajarnos un poco y hacer turismo por esta zona de Bélgica. Comenzamos la mañana desayunando en una cafetería típica belga un café con leche y unas empanadillas de mermelada deliciosas, y tras un paseo relajado por Spa nos montamos en el coche y pusimos rumbo a Gante. Esta visita fue totalmente improvisada y os puedo decir que cuando llegamos allí nos quedamos gratamente sorprendidos con la ciudad. Su casco antiguo estaba lleno de vida, con mucha gente paseando y montando en bicicleta por sus calles y puentes que cruzaban los canales.
Eso sí, por la tarde, ya de vuelta al aeropuerto de Bruselas, nos encontramos con mucho tráfico en la carretera y pudimos llegar a tiempo para subir al avión casi de milagro, por lo que si te animas a visitar Gante, te recomiendo que hagas el viaje de vuelta a Bruselas con antelación suficiente para no correr el riesgo de perder el avión.
No quiero cerrar este reportaje sin dar las gracias a todos y cada uno de los participantes que se apuntaron a esta nueva edición de la Imarti Spa-Francorchamps Experience, en la que siempre tenemos la gran suerte de hacer nuevos amigos y volver a ver a otros grandes cracks que repiten con nosotros. ¡GRACIAS FAMILIA!
