Nos ponemos a los mandos de los nuevos e imponentes BMW M2 G87 modificados por el prestigioso preparador alemán AC Schnitzer para poner a prueba todo su potencial en uno de los circuitos más rápidos y exigentes del mundial de Fórmula 1.
El miércoles 10 de julio de 2024 madrugábamos un poco pero con muchas ganas para estar a las 7:30 en el circuito de Spa-Francorchamps, momento en el que llegábamos y hacíamos el checkin para que nos pudiese dar tiempo a asistir al briefing, cuya asistencia es obligatoria para todos los conductores que vayan a participar en el trackday. Además a la salida del briefing nos entregan una pulsera, la cual es obligatorio llevar puesta y mostrar a los comisarios cada vez que salgamos a pista desde el pit lane, ya que a los conductores que no hayan asistido al briefing y que no dispongan de dicha pulsera, no se les permite entrar en pista. Detalles como este demuestran que en el circuito de Spa-Francorchamps se toman la seguridad muy en serio, lo cual es muy positivo.
Otro aspecto destacable y que me gusta mucho de este circuito es el sofisticado y eficaz sistema de seguridad que emplean para mostrar los avisos e incidencias que ocurren en pista, compuesto por un numeroso equipo de comisarios revisando las decenas de cámaras instaladas en todas las curvas del circuito, de modo que en el mismo momento en el que se produce una incidencia, tienen la capacidad de avisar a los conductores en tiempo real, empleando grandes displays luminosos que son perfectamente visibles desde el coche incluso a larga distancia. Y si algún participante muestra un comportamiento agresivo y poco deportivo con el resto de conductores, los comisarios no dudarán en mostrarle bandera negra para expulsarlo del circuito.
Una vez finalizado el briefing y con la pulsera que acredita nuestra asistencia ya puesta, nos subimos a los coches de calle y nos dirigimos a la salida del pit lane para comenzar el divertido trackwalk, en el que Ron Simons, CEO de nuestro partner RSR Spa, nos acompaña durante una vuelta lenta al circuito en la que vamos haciendo parada en las curvas más especiales del trazado, como Eau Rouge, Bruxelles o Pouhon, en las cuales nos explica algunos detalles técnicos interesantes, así como la trazada ideal en función del coche que llevemos.
Cuando el gran Ron termina su speech en Eau Rouge, que es algo que le encanta, nos mete prisa para subirnos de nuevo a los coches y llevarnos hasta Pouhon, pero yo aprovecho rápidamente para reunir al grupo y hacernos una foto que inmortalice para siempre ese mágico momento pisando la que probablemente sea la curva más famosa de entre todos los circuitos que forman parte del calendario de la F1. ¡Quién no quiere tener esa foto de recuerdo para algún día enseñársela a sus nietos!
Y ahora sí, de vuelta en el pit lane y a falta de tan solo 10 minutos para que el semáforo se ponga en verde, encendemos los motores de los 2 imponentes BMW M2 G87 recién preparados por AC Schnitzer, con los que lo vamos a gozar a tope a lo largo de los 7 km de longitud del circuito belga. Basta un simple vistazo al coche para darse cuenta de que no estamos ante un M2 cualquiera. La mínima altura de la carrocería, las caídas del eje delantero, los amortiguadores, los semi slicks, el llamativo pero funcional alerón trasero, el arco de seguridad, los baquets, los arneses… en definitiva, todos los ingredientes que un coche debe tener para poder rodar rápidos y seguros en pista.
Con el primer participante ya a los mandos salimos a pista, y nada más abrir gas en la primera pasada por la subida de Eau Rouge podemos constatar que se trata de un coche extremadamente rápido con el que probablemente nos vamos a medir de tú a tú con los Porsche GT3 con los que compartimos pista.
Cuando se pilota un coche de tan altas prestaciones, la reacción natural de los participantes, y más aún cuando no se dispone de experiencia en circuito, es sentirse un poco abrumado y no atreverse a sacar todo el jugo al coche, pero es ahí donde mi hermano Luis y yo entramos en escena, pues vamos subidos en el asiento del copi para dar unas instrucciones sencillas pero muy precisas y eficaces que permiten ganar esa confianza necesaria para retrasar la frenada, girar con precisión y anticipar el gas, incrementando radicalmente el ritmo y disfrutando a tope de la experiencia.
Tras coronar Raidillon empezamos a subir marchas para afrontar la recta de Kemmel, que es la zona más rápida del circuito, y llegamos a Les Combes a más de 240 km/h, donde hundimos el pedal de freno sin piedad para meter el coche a tiempo en la chicane y salir acelerando de nuevo hacia la curva a derechas de Malmedy. ¡WOW! Una diferencia notable de este M2 G87 AC Schnitzer con respecto a la versión F87 RSR Edition con la que rodábamos en años anteriores es su capacidad de frenado. Este punto aporta la tranquilidad necesaria que nos permite rodar a fondo en el que se considera uno de los circuitos homologados por la FIA más rápidos del mundo.
Alargamos la frenada con confianza para afrontar la curva de Rivage, la cual tiene triple dificultad por ser en bajada, bastante larga y cerrarse a la salida, lo que te obliga a ser paciente con el punto de contacto, ya que si te cierras antes de tiempo lo más probable es que tengas que tocar el freno a la salida para no irte fuera.
Sorteamos el altavoz y de nuevo abrimos gas a fondo para dirigirnos hacia la curva doble a izquierdas y en bajada de Pouhon, en la que ponemos verdaderamente a prueba el paso por curva del M2. Aquí se llega a bastante velocidad, por lo que es importante frenar fuerte y girar con decisión hacia el primer vértice, ya que de lo contrario acumularemos bastante inercia y nos podría sacar de la trazada. No obstante, si cometemos un error mejor que sea en esta sección, puesto que hay una amplia escapatoria que nos permitirá volver de nuevo a pista sin consecuencias. Tras pasar el primer vértice abrimos dirección rápidamente y nos posicionamos en el piano exterior para tirarnos con fe a la segunda curva a izquierdas, la cual se debe dar manteniendo el gas casi a fondo para sujetar bien el eje trasero del coche. En este punto, la configuración de las caídas delanteras y la carga vertical extra que aporta el alerón trasero nos permite pasar por esta sección a una velocidad tan alta que se llega a sentir incluso vértigo. De nuevo el coche nos deja gratamente sorprendidos.
Tras salir de Pouhon como misiles, llegamos a las enlazadas de Les Fagnes donde debemos frenar fuerte, retrasar un poco la entrada y sacrificar la primera curva a derechas manteniéndonos bien pegados al piano para posteriormente abrir dirección hacia la segunda curva a izquierdas, en la que tocamos el piano interior y enseguida abrimos gas y dirección para llegar hasta la curva a derechas de Campus. Esta curva es muy corta pero se cierra un poco a la salida, por lo que engaña bastante, y si metemos el coche pronto y abrimos gas antes de tiempo nos puede sacar hacia la puzolana.
Y a partir de Stavelot comienza la sección con las curvas más rápidas del circuito, donde la aerodinámica y la potencia son clave para ganarle un buen puñado de segundos al crono. Es en este punto donde los Porsche GT3 y GT3 RS sacan a relucir toda su ventaja, y si tienes la suerte de llegar a esta sección detrás de alguno de ellos, no puedes más que ver cómo se alejan poco a poco y disfrutar del espectáculo mientras te conviertes en un espectador privilegiado, lo que tampoco está nada mal. Esto nos pasó en varias ocasiones, no solo con los Porsche con los que compartíamos pista sino también con varios Lamborghini Super Trofeo cuyo sonido además es atronador. Estos Lamborghini tienen una velocidad punta y un paso por curva tan bestiales que hasta los todopoderosos Porsche 992 GT3 RS tenían que echarse a un lado para dejarles paso.
Pero ojo, que al llegar a las 2 rápidas a izquierdas de Blanchimont, la puesta a punto del chasis y la aerodinámica del M2 AC Schnitzer no se quedaban atrás ni mucho menos, permitiéndonos pasarlas casi a fondo a una velocidad tal que si te ve tu madre te quita las llaves del coche, llegando a la curva de la parada del autobús a casi 240 km/h, donde poníamos de nuevo a prueba la potencia de frenado del M2 que nos vuelve a dejar impresionados. ¡Así da gusto correr en circuito!
Completada la primera vuelta ya teníamos una idea bastante clara del enorme potencial que tenía el coche, y en las vueltas sucesivas íbamos incrementando progresivamente el ritmo mientras poníamos a prueba los límites del coche.
A pesar de ser el mes de julio y estar en pleno verano, hubo un momento en el que la lluvia hizo aparición en algunas zonas del circuito, lo que le dio incluso más emoción a la jornada, pero ésta duró poco más de 20 minutos y después desapareció por completo. Esto no es la primera vez que nos pasa, y de hecho es algo habitual en este circuito debido a su ubicación geográfica.
A medio día se para la actividad durante una hora para que tanto el personal que trabaja en el circuito como los pilotos participantes en el trackday podamos comer tranquilamente en la Brasserie del circuito, que dispone de una terraza muy chula con vistas privilegiadas a la curva de Eau Rouge.
Además, durante todo el día disponemos de una zona chill out desplegada en uno de los amplios boxes del circuito, con sofás muy cómodos y barra libre de café, refrescos, fruta y aperitivos dulces y salados, en la que podemos relajarnos entre tanda y tanda. El despliegue que hay allí montado es un espectáculo y probablemente éste sea uno de los mejores trackdays premium que se organice a nivel europeo.
Después de comer se ponía de nuevo el semáforo en verde, y volvíamos a subirnos a los coches para disfrutar con lo que más nos gusta. En este segundo stint de 5 vueltas los participantes ya conocían mejor el coche y el trazado, y se notaba como vuelta tras vuelta iban ganando esa confianza que les permitía rodar cada vez más rápido.
Para mi hermano Luis y para mí es tremendamente satisfactorio ver como gracias a las instrucciones que vamos dando desde el asiento derecho, conductores que apenas disponen de experiencia en circuito pueden llegar a rodar mucho más rápido de lo que ellos se creían capaces antes de ponerse a los mandos del coche en este desafiante pero maravilloso circuito. Ésta no es ni mucho menos una labor fácil ni libre de presión y estrés, y más aun teniendo en cuenta que no llevamos pedales auxiliares como en un coche de autoescuela, pero nos enorgullece plenamente ver a la gente aprender y disfrutar de esta manera, y es justo eso lo que nos anima a seguir organizando este tipo de eventos en circuito.
A las 18:00 se ponía el semáforo en rojo y el trackday llegaba a su fin, momento en el que nos servían una copa de champagne en la zona chill out con la que brindábamos por una divertidísima jornada de pilotaje con los espectaculares BMW M2 AC Schnitzer en la que todo había salido perfecto. Y para poner el broche final nos fuimos todos a cenar a Le Franc’Off, que es ya nuestra brasserie de confianza situada en la plaza del Monumento de la localidad de Spa, donde tienen una mesa alta muy amplia en la que improvisamos una divertida cena informal llena de risas y buenas anécdotas.
Y como siempre, no quiero cerrar este reportaje sin agradecer a todos y cada uno de los participantes que se apuntaron a esta nueva edición de la Imarti Spa-Francorchamps Experience, en la que tenemos la gran suerte de hacer nuevas amistades y volver a ver a gente 10 que repite experiencia con nosotros. ¡GRACIAS FAMILIA!
