Hacía justo 2 semanas que se celebró aquí el GP de Bélgica de F1 y desde entonces no había parado de diluviar en Spa, pero justo el día del trackday no solo desapareció el frente sino que además hizo un día de sol espléndido, con temperaturas máximas de 25 grados, lo que hacía que el grip en pista fuese muy bueno, sobre todo a medio día. Como dice nuestro amigo Kosta del equipo de RSR, allá donde vaya Imarti el buen tiempo está casi garantizado.
Tocaba madrugar para estar en el circuito a las 7:30. Para nosotros esto no supone ningún problema, puesto que mi hermano Luis y yo nos levantamos todos los días antes de las 6:00 para meternos caña en el gym, pero en esta ocasión teníamos un extra de motivación, pues íbamos a impartir 7 horas de instrucción en pista a una persona para nosotros muy especial en un coche también muy especial.
¿Y por qué digo qué esta persona es especial? Porque fue uno de los primeros valientes que, sin conocernos de nada y viviendo al otro lado del Atlántico, se inscribió en nuestro Programa de Formación Online para el Pilotaje en Circuito Imarti Racing Driver> cuando lo sacamos al mercado hace ya casi 3 años. Desde entonces habíamos hablado mucho con él de forma virtual, pero nunca nos habíamos visto en persona y teníamos muchas ganas de conocerle, hasta que este año nos propuso que le preparásemos una jornada completa de instrucción en el circuito de Spa-Francorchamps, ni más ni menos que con el nuevo Porsche 992 GT3 RS, así que sin pensárnoslo 2 veces nos pusimos en marcha para gestionar el alquiler del coche y cerrar la fecha en la que realizaríamos el evento en el circuito.
Tras hacer el check-in y antes de comenzar el briefing (de obligada asistencia si no quieres quedarte con las ganas rodar), tuvimos algo de tiempo para tomarnos un café con un croissant mientras ensimismados contemplábamos a la bestia, que junto a unas cuantas unidades más de 992 GT3 (2 de ellas de amigos españoles con lo que habitualmente coincidimos en otros circuitos), GT3 RS y otros artefactos de artillería, estaban ya posicionados en el pit lane para entrar a rodar en pista.
Es importante prestar mucha atención al briefing antes de cada trackday, pues en él se informa a los participantes acerca del comportamiento en pista, las normas de adelantamiento o el procedimiento a seguir en caso de sufrir una salida de pista.
Finalizado el briefing daba comienzo el trackwalk, momento en el que todos los participantes nos subimos a los coches y damos una vuelta muy despacio al trazado del circuito, haciendo parada en las curvas con mayor dificultad, como Eau Rouge, Radillon o Rivage, en las que Ron Simons explica sus características y la forma de afrontarlas para hacerlo rápidos y seguros.
Y ahora sí, terminado el trackwalk, se ponía el semáforo en verde y daba comienzo el trackday, por lo que encendíamos las GoPro, nos ajustábamos los arneses y salíamos a pista a dar unas primeras vueltas de adaptación al coche. En estas vueltas iniciales el objetivo era poner los semi slicks en temperatura y aprovechar para probar frenos y el paso por curva del coche para ajustar las referencias. La primera gran sorpresa fue que el 992 GT3 RS tiene unos límites tan altos que las referencias que teníamos de otros coches, también bastante potentes con los que ya habíamos rodado allí en ocasiones anteriores, eran prácticamente inservibles.
Además, como este año se han realizado algunas modificaciones en el circuito para que se puedan volver a celebrar carreras de Moto GP, por la mañana estuvimos rodando en el trazado adaptado para las motos, en el que se ha incluido una variante en la curva del altavoz que permite disponer de mayor escapatoria y evitar así que éstas golpeen la barrera en caso de sufrir una salida de pista.
Tras parar en boxes para ajustar presiones nos volvemos a incorporar a pista y de pronto nuestro piloto empieza a subir el ritmo sin piedad pero con mucha confianza. Él está acostumbrado a rodar en circuito con Porsche 991 y 992 GT3, y confieso que me sorprendió muy gratamente la precisión y la soltura con la que aplicaba las técnicas de pilotaje que enseñamos en nuestra Formación Online para el Pilotaje.
Desde las primeras vueltas ya comenzamos a ser el coche más rápido en pista y os aseguro que el nivel de los artefactos que había en pista era bestial. Abríamos el DRS tras salir de Radillon y lo dejábamos abierto durante toda la recta de Kemmel, llegando a Les Combes a 260 km/h, permitiéndonos además el lujo de empezar a frenar casi a la altura del cartel de 100. La entrada a Les Combes daba impresión, porque pasábamos de 260 a unos 120 km/h en muy pocos metros y el coche apuntaba al vértice con mucha precisión y un apoyo súper neutro, sin pérdida de adherencia en ninguno de los 2 ejes.
Devorábamos Malmedy, Rivage, la variante de la curva del altavoz y enfilábamos a fondo la bajada hacia la doble izquierdas de Pouhon, donde la aerodinámica activa empezaba a trabajar a nuestro favor, permitiéndonos meter el coche a una velocidad a la que yo nunca antes había entrado. En la salida de la primera curva a izquierdas de Pouhon, el coche tiende a abrirse demasiado por la inercia acumulada en la bajada, pero el 992 GT3 RS se mantenía en la trayectoria como una auténtica lapa, sin necesidad de rectificar el giro del volante. Hay que verse dentro del coche en esta curva y a esa velocidad para poder apreciar el poder de la carga aerodinámica.
A las 12:00 la pista cerraba durante una hora para la comida, momento que Kosta aprovechó para que nuestro piloto y su mujer, quién también se apuntó a disfrutar del buen ambiente y por supuesto para darse algunas vueltas juntos, llevaran el coche hasta Eau Rouge, ya con la pista vacía, para hacerles unas espectaculares e irrepetibles fotos de recuerdo junto al coche que muy pocos tienen el privilegio de poseer.
Ya hechas las fotos nos subimos a comer a la Brasserie del circuito, la cual dispone de una terraza con fantásticas vistas a Eau Rouge y donde se ofrece un servicio buffet con una variedad de platos algo comedida, pero práctico y saludable, pues al fin y al cabo se trata de reponer fuerzas antes de la tanda de la tarde, cuyo stint es ni más ni menos que de 5 horas ininterrumpidas.
A las 13:00 se encendía de nuevo el semáforo y nos subíamos al coche con muchas ganas de rodar y seguir mejorando. Esos primeros 30 minutos son una gozada, puesto que muchos pilotos se quedan en la zona chill out reposando la comida y hay muy poco tráfico en pista.
Ahora la configuración del trazado era la de F1, volviendo a la variante original de la curva del altavoz. Vuelta tras vuelta y totalmente adaptado al coche, el ritmo al que rodaba nuestro piloto con el GT3 RS se empezó a poner realmente serio. Llegábamos a Eau Rouge a una velocidad de vértigo y la sensación era la de no poder frenar a tiempo para llevar el coche al vértice. Pero una vez atravesando la curva y haciendo el cambio de apoyo para inmediatamente abrir gas y sujetar el coche en Radillon, recordabas que no ibas subido en un Porsche cualquiera. La adherencia extra que aporta en ambos ejes la inmensa carga aerodinámica cuando negocias las curvas rápidas hace que te explote la cabeza.
Muy impresionante también la zona rápida desde Paul Frere hasta Blanchimont, donde llegábamos a más de 240 km/h sin que el coche se moviese ni un ápice y llegando a la parada del autobús con un extra de velocidad que por supuesto no supone ningún problema para la enorme potencia de frenado. En este punto me parece importante matizar que la unidad con la que estábamos rodando no llevaba frenos carbocerámicos y la capacidad de frenado se mantuvo prácticamente intacta hasta casi el final de la jornada, donde en las últimas vueltas se empezó a notar el tacto del pedal ligeramente esponjoso, pero sin suponer ningún problema para seguir manteniendo un ritmo alto. No olvidemos que estuvimos rodando en pista durante ni más ni menos que 7 horas.
Las últimas 2 horas de la tarde fueron sin duda las mejores, pues ya había bastante menos tráfico en pista y pudimos disfrutar de bonitas batallas con otros pilotos también muy rápidos al volante de coches como el Cayman GT4 Clubsport o el 993 GT3 MR (Manthey Racing).
Lo que más me impresionó al final del trackday es que nuestro piloto no cometió ni un solo fallo durante las 7 horas que estuvimos rodando en pista… ¡ni un solo fallo en los 400 km a fondo que le hicimos al coche! Y os aseguro que de entre todos los Porches 992 GT3 y 992 GT3 RS que había en pista, él fue el piloto más rápido con diferencia.
Nos hubiese encantado haber podido rodar algunas horas más para empezar a jugar con los ajustes de compresión y extensión de los amortiguadores (Porsche Active Suspension Management) así como la gestión del diferencial (Porsche Torque Vectoring Plus), pero nos vamos de Spa totalmente alucinados con el comportamiento soberbio e incluso insultante del Porsche 992 GT3 RS.
En el momento de escribir este artículo y pasados unos pocos días del trackday, no puedo evitar que se me escape una sonrisa mientras repaso las fotos y los vídeos de las cámaras interiores de otro gran trackday que quedará en nuestro recuerdo para siempre. Estas son las experiencias y momentos especiales que debemos tratar de disfrutar en buena compañía, pues al final es lo único que nos llevaremos a la tumba.
Si te gustaría ser tú el protagonista del próximo evento, ya sea con tu propio coche o con un coche de alquiler con el que te encantaría pilotar en circuito, no esperes a hacerte mayor para disfrutar de una experiencia memorable y ponte en contacto con nosotros en el 692 068 069 o en info@imartimotorsport.com. ¡Estaremos encantados de resolver tus dudas!
