Nos "colamos" con el Porsche 992 GT3 de calle en una frenética jornada de entrenos en la que varios equipos de competición que participan en campeonatos de GT nos pasaban por encima con trazadas imposibles.
Y es que cuando compartes pista con vehículos de competición es cuando mejor aprecias la gran diferencia que existe respecto a un coche de calle en lo que al comportamiento dinámico se refiere. Ya solo por la diferencia de peso a favor del primero, te puedes permitir el lujo de retrasar la frenada, modificar el punto de giro y adelantar el punto de aceleración, arañando muchas décimas de segundo en cada curva que al final de la vuelta suman un buen puñado de segundos.
En un caso así, cuando llevas un coche de calle y otros de competición te adelantan por los sitios más insospechados, lo mejor que puedes hacer es no perder de vista los retrovisores para facilitarles el adelantamiento y disfrutar del espectáculo.
En un GT de competición todo pasa muy rápido y se necesitan grandes dosis de técnica, reflejos y capacidad de reacción. Son coches dotados de mucha tecnología, en los que puedes combinar infinidad de configuraciones entre el alerón trasero, los diferenciales, la suspensión y el mapa motor para aprovechar al máximo la capacidad de adherencia en función de las condiciones climatológicas y las características del trazado, por lo que ya no es suficiente con tener una gran habilidad de pilotaje sino que además te exige disponer de muy buenos conocimientos sobre comportamiento dinámico de vehículos para compartir información completa y precisa con tu equipo de ingenieros y mecánicos, quienes realizarán en el coche las modificaciones necesarias para que puedas obtener el máximo rendimiento en pista.
Al igual que un piloto de aviación no sería capaz de volar en solitario sin una formación previa, pilotar un GT de competición requiere una formación adecuada y muchas sesiones de entrenamiento en las que poner en práctica diferentes técnicas de pilotaje que te permitan alcanzar ese punto en el que eres capaz de anticiparte a cualquier situación comprometida que se te puede presentar en pista, y ser capaz de reaccionar de forma instantánea sin necesidad de pararte unas décimas de segundo para pensar cómo actuar, ya que transcurrido ese pequeño lapso de tiempo, probablemente será tarde para reaccionar sin que haya consecuencias.
Por este motivo es muy importante adquirir una buena Formación para el Pilotaje en Circuitos, que no solo te permitirá pilotar con seguridad y confianza sino que te hará disfrutar plenamente de tu coche en la pista.
Es todo un privilegio poder compartir pista con los mejores GT de competición de las marcas más laureadas a lo largo de la historia, como los Ferrari F488 GT3 y Challenge o los Porsche GT3 Cup, pero lo es aún más con modelos tan exclusivos como el imponente Porsche GT2 RS Clubsport o el atronador Audi R8 LMS GT2, cuyo motor V12 tenía sin duda el sonido más espectacular.
Y a pesar de que la calidad de los GT de competición era indiscutible, también pudimos disfrutar de otras grandes joyas “de calle” muy especiales y difíciles de ver, como el Porsche 993 Carrera RS o el Porsche 991 GT3 RS MR (Manthey Racing), el cual tienes que viajar hasta Nürburgring para poder verlo en acción.
Nunca nos cansaremos de disfrutar de lo que más nos gusta en el sitio que más nos gusta: el circuito. Y más aún en un trazado tan difícil y exigente como el de Portimao, repleto de desniveles y curvas ciegas, y por supuesto la que para nosotros es su curva estrella, la curva a derechas Galp, muy larga y rápida pero aderezada con un cambio de rasante que hace que sea completamente ciega, la cual tienes que atacar por el sitio correcto y con los deberes muy bien hechos si no quieres terminar perdiendo el control del eje trasero a más de 160 km/h.
Con en esta pequeña crónica y muestra fotográfica que inmortaliza los grandes momentos vividos en el Autódromo Internacional do Algarve, nos despedimos.
¡Nos vemos en el siguiente!